Los Picos de
Europa se originaron por sedimentación caliza submarina de unos 3.000 metros de
espesor; es decir, las rocas que los forman fueron depositadas bajo el mar.
La región donde
se encuentra el Parque Nacional ha sido afectada por dos grandes orogenias,
resultado del choque de placas tectónicas. Inicialmente, hace unos 360-300
millones de años, este territorio sufrió las deformaciones de la Orogenia
Varisca que generó la Cordillera Varisca. Sobre esta cordillera emergida actuó
la erosión y fue arrasada con lo que los sedimentos se volvieron a acumular en
las zonas más bajas.
Más tarde, hace unos 50 millones
de años, la región sufrió un nuevo levantamiento, esta vez asociado a la
Orogenia Alpina. El resultado fue la aparición de la actual Cordillera
Cantábrica, de la que los Picos de Europa son una pequeña parte.
Por tanto, el
relieve de las montañas que quedan comprendidas en el Parque Nacional de los
Picos de Europa es el producto de esta segunda orogenia, que afecto a los
restos de la antigua Cordillera Varisca.
Fósiles de
animales marinos que demuestran que los Picos de Europa se formaron bajo las
aguas del mar. Puertos de Áliva (Camaleño-Cantabria).
La apariencia
actual de los Picos de Europa, tal y como los conocemos son el resultado de la
erosión de aquella Cordillera resultante de la Orogenia Alpina. El mayor
modelador del paisaje ha sido el hielo.
Durante el Cuaternario se sucedieron
varios periodos fríos que favorecieron el desarrollo de extensos glaciares. Las
zonas altas estuvieron ocupadas por un gran manto de hielo, del que partían
radialmente diversas lenguas glaciares (Cares, Deva, Duje). Testigo de los
glaciares son los valles en forma de U, los jous, las morrenas, las rocas
aborregadas, bloques erráticos y lagos y lagunas, ampliamente distribuidos por
todo el Parque Nacional.
Paredones del Circo glaciar de Fuente Dé (Camaleño-Cantabria)
Tras la
desaparición de los glaciares la dinámica fluvial y el sistema kárstico han
seguido y siguen actualmente modelando el paisaje del Parque Nacional de los
Picos de Europa. Los ríos han generado gargantas y desfiladeros y el karst
valles secos, lapiaces y otras formas exokársticas no siempre bien reconocidas.
Lapiaces formados por la carbonatación de la roca caliza. En ambientes
húmedos y altas concentraciones de dióxido de carbono la caliza que es
insoluble se transforma en bicarbonato cálcico que si es soluble, y la roca
empieza a disolverse con facilidad.
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