martes, 3 de noviembre de 2015

LOS PRIMEROS POBLADORES

Las primeras poblaciones humanas del Cantábrico han sido datadas en un momento avanzado del Paleolítico Inferior, posiblemente durante el último periodo interglaciar (hace 120.000-130.000 años).
En el entorno de los Picos de Europa la presencia del hombre es conocida por primera vez durante el Paleolítico Medio (90.000 a 120.000 años de antigüedad) en los yacimientos de la cueva del Esquilléu, (situada en el Desfiladero de la Hermida, a unos 350 metros de altitud), en el yacimiento al aire libre del Habario (entre los pueblos lebaniegos de Pendes y Cabañes) ó en el Abrigo del Arteu.
Estas primeras poblaciones no mantenían un carácter estable sobre el territorio, fundamentalmente por dos razones:
·         Su forma de vida estaba basada exclusivamente en los aprovechamientos de los recursos naturales (recolección, caza, pesca y marisqueo), siempre limitados y sujetos a una alta estacionalidad. Esto motivaba frecuentes flujos migratorios y desplazamientos cortos acordes, por ejemplo, con la movilidad de los rebaños de ungulados.
·         La última glaciación endureció las condiciones climáticas en las áreas de montaña, sometiéndolas a acusadas variaciones de los ciclos estacionales, lo que motivo el carácter esporádico de los asentamientos en la zona de los Picos de Europa. La última glaciación fue hace 50.000 años, durante el Paleolítico Medio.
Fue durante el Neolítico (5.000-3.000 años antes de Cristo) cuando tuvo lugar la colonización definitiva de loa Picos de Europa; fenómeno estrechamente ligado a la mejoría climática y, sobre todo, al proceso de sedentarización iniciado durante el Mesolítico con la práctica de una economía mixta: caza y recolección, pero también formas incipientes de agricultura y ganadería que se consolidaron durante el Neolítico.
La mejor muestra de esta arraigada ocupación humana es, sin duda, el yacimiento de la Peña Oviedo en la Junta Vecinal de Mogrovejo, municipio de Camaleño. En este yacimiento se han hallado, entre otras cosas, fondos de cabañas, silos con restos de cereales, cerámica y diversos objetos neolíticos como hachas pulimentadas. La presencia en este lugar de enterramientos y tumbas megalíticas confirman, como enterramientos colectivos que son, un poblamiento humano sólidamente asentado sobre el territorio.  


Una de las zonas donde se encontraron los yacimientos de Peña Oviedo.

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