miércoles, 4 de noviembre de 2015

PRODUCTOS Y GASTRONOMÍA


Liébana, por la singularidad de su microclima, ha sido una comarca donde hasta hace unos años se cultivaba el trigo, la cebada y, el centeno. Aún se conservan los viñedos, principalmente en el valle de Bedoya (Cillorigo), constatados documentalmente en la comarca desde el siglo IX. Las patatas, garbanzos, judías, lechugas, tomates, cebollas, ajos, pimientos, etc, unidos a una gran variedad de árboles frutales, como los manzanos, cerezos, perales, melocotonales, avellanos, ciruelos, nogales, etc, ofrecen al visitante la posibilidad de poder adquirir los más diversos productos lebaniegos y, además, de gran calidad.
                                               

Los embutidos artesanos son excelentes: chorizos, lomo, morcilla, borono, panceta, etc., y las carnes, exquisitas, puesto que el ganado se cría en verdes y ricos pastos.

La comarca es un paraíso quesero, con dos denominaciones de origen: "Picón Bejes-Tresviso" y "Quesucos de Liébana". El "Picón Bejes-Tresviso" se elabora con leches mezcladas de vaca, cabra y oveja. Es un queso graso, de forma cilíndrica con caras planas, corteza blanda y delgada de color gris, con zonas amarillo-verdosas. Su interior es de pasta compacta y con ojos, untosa, de color blanco, con zonas o vetas de color azul-verdoso, lo que determina un exquisito sabor levemente picante. Se madura en cuevas naturales de caliza entre los 500 y 2.000 metros de altura, donde se desarrolla el penicillium, que le da un inigualable sabor.

                                                    

Los "Quesucos de Liébana" son quesos también de mezcla, utilizando leche de vaca, oveja y cabra, y pueden presentarse ahumados o sin ahumar. Con una forma cilíndrica o discoidal, es un queso graso, de pasta firme y compacta; cuando el quesuco es ahumado adquiere el color, olor y sabor característico.

El orujo de Liébana es otro de los productos de gran renombre. Desde el año 1985 se elabora en alquitaras fijas y en instalaciones adecuadas, continuando con el mismo proceso artesanal que se ha transmitido a través de generaciones. Una copa de orujo siempre se agradece después de las comidas y su buen aroma y paladar se puede apreciar tanto en el orujo natural como en los diferentes licores: miel, té, hierbas, frutas, etc. No debemos concluir éste apartado sin citar al tostadillo, vino dulce y licoroso, elaborado mediante la selección de las mejores uvas de la cosecha y que es magnífico para acompañarlo con postres o con dulces.

                                                     

La cocina tradicional lebaniega es de gran calidad, debido a que la materia prima es de indudable prestigio. Las sabrosas carnes, delicia de los visitantes; las hortalizas y verduras de las huertas; las truchas y salmones de los ríos; las legumbres de sus tierras; las setas de temporada; el delicioso cocido lebaniego; los postres caseros, elaborados a través de generaciones; la variedad de quesos de superior calidad y el té del puerto con orujo, hacen que el visitante que llegue a la comarca disfrute de una cocina tradicional con productos de primera calidad. Cocina tradicional presente en la gran oferta de establecimientos hosteleros que se encuentran repartidos por los diferentes municipios de la comarca lebaniega.

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