martes, 3 de noviembre de 2015

MINERÍA

Una de las huellas más palpables de la actividad humana en Picos de Europa ha sido sin lugar a dudas la minería. Fueron principalmente dos los grupos de explotación minera; uno ligado al hierro, concentrado principalmente en las explotaciones de Buferrera en las proximidades de los Lagos de Covadonga (desde 1893 hasta inicios de los años 70, con algunas paralizaciones); y otro, ligado a la explotación de los minerales de zinc, en el Macizo Central y Oriental (desde mediados del siglo XIX, hasta finales de los años 20, prolongándose después desde los años 40 hasta 1984). En ambos casos, la transformación del paisaje y el impacto ambiental fue grande, ya que se realizaron importantes transformaciones morfológicas (escombreras, balsas de decantación, redes de caminos) e hidrológicas (cambios en los emplazamientos de las fuentes, cambios en las redes subterráneas y, sobre todo, la canalización abierta de los lagos de Enol y de la Ercina, que iban a parar a una conducción forzada en el salto hacia Comeya y la pérdida definitiva en 1924 de Pozo de Ándara.)


Minas de Buferrera (Lagos de Covadonga).


Minas de Áliva (Macizo Central).

A estas transformaciones hay que añadir las que derivaron del primer tratamiento de los minerales del zinc en la comarca. El enriquecimiento de las calaminas (carbonato de zinc) en mineral metálicp se realizaba a mitad de camino Largo por medio de calcinación del mineral en hornos situados en y el Dobrillo (Bejes), en Urdón y en Ojedo. Para realizarlo, se utilizó la madera de los montes próximos, consumiendo un volumen importante, estimado en unas  toneladas de madera de roble y haya durante los  años del periodo de explotación comprendido entre 1859 y 1924.
Restos de los Hornos del Dobrillo (Bejes, Macizo Oriental). Con la calcinación de las calaminas (carbonato de zinc), se conseguía una importante reducción del peso y el consiguiente enriquecimiento del material en zinc, lo que redundaba en un abaratamiento de los costes del transporte.

Hoy, la minería en Picos de Europa no se encuentra activa. Sin embargo, en muchas ocasiones lejos de apreciarse los efectos ambientales nocivos que pudo acarrear, los espacios mineros son contemplados con admiración por tener una carga de historia heroica al ser una explotación difícil, única en España, por la altitud a la que se desarrollaba y por su naturaleza estacional. Sólo la riqueza de los yacimientos justificaba su explotación.  
Blenda acaramelada de los Picos de Europa; la mejor y más apreciada del planeta. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario